¿Por qué son importantes las pruebas periódicas de pozos privados?

El acceso a un pozo privado puede proporcionar mucha libertad, pero el propietario del pozo también es responsable de la calidad de su agua. La contaminación es una amenaza siempre presente y las enfermedades transmitidas por el agua pueden ser perjudiciales para la salud. Dependemos de una fuente de agua potable limpia para satisfacer nuestras necesidades diarias y la calidad del agua de pozo puede cambiar. Por esta razón, la mayoría de los propietarios de pozos agregan filtración de agua adicional para limpiar su agua. Sin embargo, las pruebas periódicas de pozos son un aspecto esencial de la propiedad responsable de pozos.

¿Cuáles son los riesgos?

Es imposible verificar la presencia de muchos contaminantes comunes sin pruebas de laboratorio. Los microorganismos como bacterias, virus, parásitos y quistes no se pueden ver a simple vista y el agua puede tener un buen sabor. Estos microbios son naturales, se encuentran en las fuentes de agua subterránea y también en las vías fluviales superficiales. Cuando se ingieren, pueden hacer que las personas se enfermen rápidamente y, en casos extremos, la exposición puede ser fatal. Otras fuentes comunes de contaminación son los contaminantes químicos y los metales pesados ​​que pueden ser difíciles de detectar sin un análisis regular del agua.

¿Qué pruebas de agua se requieren?

Es importante analizar la potabilidad básica del agua, que busca bacterias coliformes, hierro, manganeso, sulfato, sólidos disueltos totales (TDS), dureza del agua, sodio, niveles de pH y nitratos. Estos contaminantes pueden tener un efecto nocivo en nuestras vidas de la siguiente manera;

  • Bacterias coliformes: estos microorganismos se encuentran en las heces humanas y animales y se pueden lavar en las fuentes de agua subterránea a través de la escorrentía agrícola. Tienen el potencial de ser dañinos para la salud humana y esto es especialmente cierto en las personas vulnerables.
  • Iones: esto puede incluir contaminantes, tales como: cloruro, sodio, hierro y manganeso que reducen las cualidades estéticas del agua potable. Estos no son una amenaza directa para la salud, pero hacen que el agua sea desagradable y la gente tiende a evitar beberla.
  • Nitratos: esto se encuentra comúnmente en las aguas subterráneas y las concentraciones más altas pueden ser excepcionalmente peligrosas para los lactantes menores de 6 meses. Esto se debe a que los nitratos inhiben la capacidad de nuestra sangre para transportar el oxígeno esencial.
  • Sulfatos: cuando se consumen grandes concentraciones de sulfatos, pueden causar malestar gastrointestinal y pueden actuar como laxantes.
  • Sólidos Disueltos Totales (TDS): Son sustancias inorgánicas, entre ellas: cloruro, sulfato, sodio y otras, que se encuentran completamente disueltas en el agua. Las concentraciones más altas de TDS hacen que el agua sea desagradable y pueden causar otros problemas en el hogar.
  • Fluoruro: en pequeñas cantidades, este es un micronutriente, pero el consumo de grandes cantidades se ha relacionado tenuemente con la fluorosis y otros problemas dentales.
  • Otros Contaminantes: En concentraciones más pequeñas hay otros contaminantes potenciales para analizar, estos son: arsénico, uranio, selenio, pesticidas y más.

¿Con qué frecuencia se necesitan pruebas de agua?

Se recomienda realizar una prueba anual del agua y, si no recuerda cuándo fue la última vez que se probó, es hora de probarla ahora. Las fuentes poco profundas de agua subterránea son más propensas a la contaminación y esto requiere pruebas más frecuentes. Otra buena razón para analizar el agua de pozo es después de cambios en el área, como la construcción local y las operaciones mineras. La prueba de agua de laboratorio es el único método verdaderamente preciso, pero los kits de prueba comprados en la tienda pueden proporcionar datos más amplios que pueden ser útiles.

Si le preocupa la calidad del agua de su pozo, comuníquese hoy mismo con su especialista local en tratamiento de agua.