¿Tu agua mala te ha dado el síndrome de Estocolmo?

En 1973, en Estocolmo, Suecia, un Jan-Erik Olsson enmascarado tomó como rehenes a cuatro empleados del Kreditbanken. Con amenazas de muerte, demandas de un automóvil, chalecos antibalas y armas, el enfrentamiento dio un giro curioso cuando un rehén habló con el primer ministro Olof Palme y le rogó que le permitiera permanecer con sus captores. Ella defendió sus acciones y se volvió más temerosa de la policía que de los dos hombres que habían amenazado su vida. Esta extraña condición de vinculación con los secuestradores de uno se conoció como Síndrome de Estocolmo, basado en la ilusión de intimidad y familiaridad durante una experiencia traumática. A menudo, la terapia postraumática implica la difícil tarea de convencer al abducido de que incluso se ha cometido un mal contra él. Otro ejemplo famoso de este fenómeno es el evento publicitado donde la heredera del periódico, Patty Hearst, defendió a sus secuestradores y también se unió a su empresa criminal.

Aunque no es tan grave, podemos acostumbrarnos tanto a la condición del agua en nuestros hogares que preferimos, y posiblemente incluso defendemos, el agua sin tratar o con olor al agua limpia y fresca. Podríamos explicar cómo el óxido o el exceso de calcio en el agua hacen que sepa mejor o descartar las manchas y la acumulación en nuestros lavabos, bañeras e inodoros. Ignoramos el gasto y el trabajo adicional de comprar productos y productos químicos para limpiar cortinas de baño o grifos o tener sabores y consistencias de alimentos y bebidas contaminados debido a un apego extraño a nuestra agua.

aguareciclada.com tienen soluciones para esta fascinante patología: un ablandador de agua para eliminar el hierro y otros materiales que el agua acumula bajo tierra, y un sistema de agua potable de ósmosis inversa para filtrar los sólidos disueltos, lo que evita la necesidad de gastar dinero en agua embotellada. Este equipo le permitirá estar seguro de que su familia está bebiendo agua limpia y saludable.