La conexión entre el sabor y la calidad del agua

Con más de 30 años de experiencia en el ámbito del tratamiento de agua residencial y comercial, Luis García es un operador de agua potable Clase 1 y un operador de planta certificado por la AAE (Asociación Europa y Latam de Agua Embotellada). Como fundador y presidente de García Water en Europa, Luis se centra en lidiar con diseños desafiantes de sistemas de tratamiento de agua para aguas problemáticas. También dirige la planta embotelladora de agua más grande de la ciudad de Europa con una red de entrega en todo el país.

El gusto es un sentido extremadamente subjetivo y muchas personas tienen una posición polar opuesta sobre si una bebida o un tipo de comida en particular sabe bien. Cuando pensamos en la calidad del agua, uno de los aspectos que más se pasa por alto es el efecto que puede tener sobre el sabor. Cuando comparas el sabor con la salud, puede parecer una preocupación trivial. Dicho esto, necesitamos beber agua y comer alimentos para sobrevivir y, si son desagradables, es menos probable que los consumamos. Cuando preparas una lonchera para el trabajo, la escuela o una cena familiar, lo último que quieres es que agua de mala calidad arruine el sabor. En este artículo, analizaremos más de cerca cómo la calidad del agua puede degradar el sabor de los alimentos y bebidas.

4 problemas de calidad del agua explicados

Si recibe agua dura en su hogar, no está solo. Tanto los pozos privados como las fuentes públicas de agua tienden a ser de naturaleza dura. Esto significa que contienen concentraciones elevadas de ciertos minerales disueltos, como calcio, magnesio y hierro también en determinadas zonas ricas en hierro. El agua dura puede causar una gran cantidad de problemas en el hogar y puede degradar la calidad de los alimentos de cuatro maneras:

1. Hornear con agua dura

La presencia de minerales del agua dura es fácil de reconocer en los platos con manchas del lavavajillas y en la formación de incrustaciones en los accesorios de plomería. Pero muchas personas son menos conscientes del efecto que tiene el agua dura al cocinar y hornear.

Si alguna vez has seguido cuidadosamente una receta de horneado y los resultados no fueron los esperados, el problema puede ser el agua dura. Cuando horneas con agua que contiene calcio, magnesio y cloro, se degrada el rendimiento de ciertos ingredientes. La presencia de altas concentraciones de minerales puede alterar la estructura del gluten de la masa. La levadura es menos eficaz y esto puede ralentizar la fermentación o endurecer la masa. Esta puede ser la razón por la que el pan y las galletas son duros y difíciles de comer. Quitar los minerales permitirá que los ingredientes funcionen correctamente y es posible que descubras que en realidad eres bastante bueno horneando.

2. El gusto es importante

Cuando consideramos el sabor, normalmente hablamos del sabor final de los alimentos que comemos. Pero el sabor de los ingredientes individuales es extremadamente importante. Es por eso que los mejores chefs prueban la comida mientras la cocinan para asegurarse de que los ingredientes sean lo suficientemente buenos para usar en sus platos. Un ingrediente vital que se utiliza en muchas recetas es el agua y muchos cocineros tienden a pasar por alto la calidad del agua. Si hay impurezas y cloro en el agua, puede degradar el sabor de los alimentos frescos y cocidos. Esto puede ocurrir cuando los alimentos se preparan o lavan en agua de mala calidad o si también se cocinan en esa agua. Los malos sabores del agua se absorben en los alimentos cocinados, lo que afectará el perfil de sabor final. Aunque se ha demostrado que el cloro y la cloramina (cloro mezclado con amoníaco) son agentes desinfectantes eficaces, a menudo van acompañados de un olor y sabor a piscina. Esto se nota mucho si vives más cerca de una planta potabilizadora. Se añade cloro adicional al agua para aumentar la eficacia en viajes más largos a zonas periféricas. Entonces, si vives más cerca de la planta, obtendrás más cloro que las zonas más alejadas. Cuando se elimina el cloro y el agua está caliente, notarás que puedes experimentar el auténtico sabor de tus alimentos cocinados. El arroz y la pasta tendrán una textura más cremosa y los tiempos de cocción serán significativamente más cortos.

3. Atractivo estético

El gusto es extremadamente importante, pero no se debe subestimar el atractivo estético. La mayoría de las personas no quieren comer alimentos que parezcan aburridos y poco atractivos y esto es un problema importante si intentas comer alimentos saludables. Es posible que las verduras no tengan colores vibrantes y la textura de la comida puede alterarse hasta convertirse en una masa blanda que es una tarea difícil de comer. El principal culpable son los desinfectantes a base de cloro que quitan el color de los alimentos. Cuando se considera que el cloro es un ingrediente principal de la lejía doméstica, esto es más fácil de entender. Esta puede ser la razón por la que los alimentos cocinados tienen un color amarillo descolorido que parece poco apetecible en el plato. Cuando se utiliza agua filtrada para preparar y cocinar alimentos, se conservan los colores vibrantes y la textura de los alimentos es óptima para una experiencia gastronómica agradable.

4. Tiempos de hervir el agua

El agua dura hierve más lentamente que el agua ablandada porque contiene concentraciones elevadas de minerales disueltos. Estos minerales elevan el punto de ebullición, lo que aumenta los tiempos de cocción y la energía necesaria para alcanzarlos. La mayoría de las personas llevan vidas muy ocupadas y es importante preparar una comida casera saludable. Es posible reducir los tiempos de cocción y ahorrar dinero en las facturas de energía si instala un descalcificador de agua de intercambio iónico en su hogar.

En conclusión

A muchas personas les preocupa que un ablandador de agua agregue sal al agua, volviéndola salada y desagradable. En su mayor parte, se trata de temores infundados y hay buenas razones para ignorarlos. La mejor manera de abordar estas preocupaciones es comprender cómo funciona un ablandador de agua de intercambio iónico. El ablandador tiene uno o dos tanques que contienen una solución de salmuera y un lecho de perlas de resina. Las perlas contienen una carga que atrae los iones minerales disueltos a su superficie, donde quedan atrapados. Luego se agregan los iones de sal (sodio o potasio) al agua y ésta ingresa a la casa. El volumen de sal que se agrega es una cantidad extremadamente pequeña que la mayoría de la gente no notará. Sin embargo, es posible que las personas con sensibilidad extrema a la sal o aquellas que siguen una dieta baja en sal quieran evitarla. Una solución simple es usar una sal ablandadora de agua a base de potasio que es de naturaleza más benigna que una sal a base de sodio. Una alternativa sería instalar un filtro de ósmosis inversa para eliminar la sal, el cloro y otras impurezas tras el descalcificador de agua.

Si está considerando una instalación de filtración o ablandamiento de agua en su hogar, comuníquese con su especialista local en tratamiento de agua.